Hoy voy a introducir un criterio algo diferente a lo que continuamente siempre he visto respecto al tema de las pérdidas en la inversión.
Tener pérdidas en cualquier aspecto de la vida es un hecho que tarde o temprano vamos a tener que soportar y su manejo va a suponer un estrés difícil de gestionar.
En el ámbito financiero y dada la asimetría de dichas pérdidas como puede verse en la tabla siguiente, puede suponer tener que conseguir resultados excepcionales a futuro para volver a contar con el mismo patrimonio con el que comenzamos.
Dicho esto si creo que existe una gran diferencia en este tema respecto al tipo de activos con el que planteamos nuestra inversión.
En concreto me gustaría puntualizar que no es lo mismo gestionar nuestro patrimonio mediante la creación de una cartera de acciones individuales que hacerlo mediante una cartera de fondos de inversión, ETFs o fondos indexados y me explico.
Si decido crear una cartera de acciones con 15 títulos por ejemplo (lo cual cumpliría los estándares de la industria respecto a diversificación) tengo que asumir que muchas de ellas en algún momento puedan valer 0 y arruinar por consiguiente mi planteamiento para siempre.
Si por el contrario lo hago con el resto de productos antes citados, es asumible suponer que mi inversión puede estar fácilmente implementada con 300, 500 o 1.000 compañías y aunque muchas puedan acabar en la quiebra el grueso acabará sobresaliendo. Las posiciones o negocios claramente malos o quebrados serán reemplazados por otros nuevos o por los mismos existentes pero cuya perspectiva haya variado. De ello se encargará el propio mercado bajando su peso en los índices o los gestores profesionales con sus decisiones y análisis.
Resumiendo, una cartera de acciones individuales puede tener un horizonte “infinito” de recuperación si no somos ágiles mientras que carteras compuestas por otros activos más amplios acabarán teniendo un horizonte “finito”.
Determinar el horizonte temporal de recuperación es un tema que abordaré en otro artículo y aunque éste puede llegar a ser muy largo en el tiempo, solamente el hecho de que tarde o temprano tendremos un patrimonio superior al inicial debería permitirnos llevar mejor el tema de nuestras pérdidas.
En caso de tener nuestro patrimonio con este tipo de activos quizás deberíamos pensar más en la posibilidad de incorporar nuevo patrimonio que no en focalizarnos de cuando vender.