En este post quiero justificar el porqué nuestra inversión en planes de pensiones debería enfocarse en los planes de pensiones de renta variable descartando cualquier otra categoría salvo que nos encontremos cerca de la etapa de rescate y además dicho rescate implique una gran retirada de efectivo para el día a día.
Y todo parte del hecho de la siguiente frase atribuible a Benjamin Graham
“ El principal problema del inversor, e incluso su peor enemigo, es probablemente él mismo”
Y es que si se quiere conseguir una buena rentabilidad a largo plazo de nuestro dinero debemos “alejarnos lo suficiente” evitando el peso psicológico de la volatilidad del mercado.
Los españoles sabemos muy bien de esto y como ciudadanos de este país hemos conseguido históricamente destinar la mayor parte de nuestra inversión hacia un activo, el inmobiliario, sobre el que no nos preocupa en exceso la fluctuación de sus precios a lo largo de décadas.
Pues bien, si la característica principal para superar el estrés psicológico es saber que tenemos un activo que a largo plazo va a valer más pero que es algo que en el día a día no nos preocupa en exceso, el único comparable a la vivienda serían los planes de pensiones.
Son similares en el sentido de que la inversión sólo es rescatable bajo unos condiciones bastante “estrictas” y que si todo va bien a lo largo de nuestra vida será un importe monetario destinado a nuestra última fase vital.
Es cierto que los planes de pensiones cotizan en los mercados de una forma muy directa y los inmuebles no, pero el escalón inmediatamente posterior y más próximo en filosofía sería éste.
Muchas personas argumentan que los planes de pensiones tienen un comportamiento “regular” o “malo” pero esto ha cambiado desde hace ya unos años con la aparición de gestoras que destinan la misma política de inversión a los planes que a los fondos donde existe una mayor competencia y número de productos “válidos”.
A nivel particular el 100% de mi posición en planes de pensiones está en renta variable de entidades como AzValor, HOROS, Magallanes, Cobas y Bestinver por ejemplo.
Sobre dichos productos mi única estrategia es “aportar” en la medida que la legislación fiscal lo permite y en ningún caso realizar traspasos a categorías de menor riesgo aunque pueda pensar que se aproximen ciclos económicos malos.
Haciendo esto consigo además “acertar siempre” ya que si me equivoco en la gestión dinámica sobre el resto de inversiones que tengo (fondos de inversión y cartera de acciones) donde como aficionado al mundo financiero sí adapto “pesos y riesgos”, sé que en al menos en este tipo de activos voy a tener una compensación que equilibre mis posibles decisiones erróneas.
A los planes les dedico muy poco tiempo una vez identificados los que realmente valen la pena y así el resto de mi tiempo y esfuerzo se centra en intentar mejorar y aprender cómo ser también un buen gestor a título individual con el resto de mi patrimonio.
Creo que de esta manera se consigue navegar con algo más de tranquilidad y sosiego por este mundo tan complejo e incierto
Hasta el próximo post,
Joaquín